Caracterización S.M.A. Componente Natural. POET 2010.

IV. COMPONENTE NATURAL

En este apartado se presenta una descripción de los principales procesos, así como la estructura y función de los ecosistemas presentes en el área de estudio. Asimismo se pretende identificar aquellos elementos del medio natural que requieren estrategias de conservación, protección o restauración.

A. Definición del Área de Estudio o de Ordenamiento Ecológico (AOE)

El área de ordenamiento ecológico corresponde al Municipio de San Miguel de Allende, Guanajuato. Para su definición se revisó la información cartográfica y documental disponible para el municipio, principalmente la contenida en los trabajos de Ordenamiento Territorial y Ecológico del Estado de Guanajuato (2002 y 2008) y la información relacionada con las Microregiones definidas por SEDESOL así como la relativa al enfoque de Microcuencas definidas por la UAQ-FIRCO-SAGARPA (2005).

Se adquirió cartografía topográfica actualizada de INEGI y se integró una base de datos espacial a partir de la digitalización de la cartografía temática disponible a diferentes escalas. La información espacial fue georeferenciada usando un sistema de coordenadas rectangulares con la proyección Universal Transversa de Mercator (UTM, región F14 de INEGI) y considerando los datum horizontales NAD27, ITRF92 y WGS84 en los que distintas dependencias y el equipo de trabajo del presente estudio han presentado información cartográfica.

Con base en estas dos fuentes genéricas de información, se retomó como área de estudio la zona comprendida en los límites municipales y reconocido por el propio municipio. Dicho polígono, proporcionado por las autoridades del H. Ayuntamiento de San Miguel de Allende, Gto., presenta como coordenadas geográficas extremas las siguientes: 100028’36.4” a 101005’32.1” W y 20042’46” a 21006’38.8”N (Figura 3.2). En coordenadas y detalle espacial se tiene el Mapa Base (topográfico) del presente estudio que se presenta como Anexo 1 en el apéndice cartográfico.

H. Ayuntamiento de San
Miguel de Allende
6 Instituto de Ecología
Semarnat

Universidad Autónoma de Querétaro REDMESO

 

Caracterización del Programa de Ordenamiento Ecológico Municipal de San Miguel de Allende

El área de estudio colinda en 243.75 km de perímetro con distintos municipios tanto de Guanajuato como de Querétaro. Al N con Dolores Hidalgo, San Luis de la Paz y San José Iturbide. Al S con Salamanca, Santa Cruz y Comonfort y al SE colinda con el Estado de Querétaro. Se estima que la superficie total del municipio es de 155,697.79 ha (Figura 1). 

 

B. Principales Elementos Ambientales que Inciden en el Mantenimiento de la Biodiversidad y los Servicios Ambientales, la Disminución de la Vulnerabilidad y la Protección del patrimonio Natural (Subsistema Físico)

1. Característicasclimáticas:frecuenciadeeventosmeteorológicosextremos, como heladas, granizadas, sequías, huracanes. Análisis de recurrencia de estos fenómenos.

Se consultó la base de datos ERIC III (Extractor Rápido de Información Climática del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua IMTA (2006) con registros de periodos prolongados. Se extrajeron los datos históricos disponibles en 33 estaciones semiáutomáticas y manuales con referencia geográfica en las proximidades del AOE. Siete de estas se localizan en el interior del área de estudio y el resto se localizan en 20 km alrededor de los límites del Municipio, lo que incluye algunas estaciones del estado de Querétaro (Figura 2). 

 

Figura 2. Distribución de las estaciones ERIC III consideradas para el estudio climatológico.

La Tabla 1 presenta una lista de las estaciones consideradas, incluyendo el tipo de clima determinado con el sistema de Köppen modificado por García. Destaca que del total (33 estaciones), dos terceras partes (22) registren valores de precipitación , temperatura y marcha mensual de estos parámetros, que les determine climas de tipo templado Cb, en contraste con las restantes 11 estaciones que registran climas mas bien secos (BS1). En todos los casos el régimen de lluvias es de verano. 

En cuanto a Temperatura Media Diaria, en promedio se registraron 825 días que comprenden 27.2 años en las 33 estaciones (Anexo 1). La Figura 3 presenta el promedio y la desviación estándar mensual de dicho parámetro, siendo los meses de mayo a septiembre los más cálidos y los de diciembre a febrero los relativamente más fríos.

 

Del mismo modo la Figura 4 (y Anexo 2) presenta la marcha mensual promedio de las estaciones del área de estudio, en este caso con los parámetros de la Temperatura Máxima. En promedio se registraron 27.4 años y 843 días y se alcanzan los valores máximos extremos los meses de abril, mayo y junio.

Respecto a la Temperatura Mínima promedio en las estaciones del área de estudio se observan los meses de diciembre a febrero donde se alcanzan las temperaturas más bajas (Figura 5, Anexo 3 y Mapa de Clima). 

 

Referente a los registros de precipitación acumulada en 24 hrs. se tiene un promedio de 887 días que comprenden 29.2 años en las diferentes estaciones. La marcha mensual de este parámetro se presenta en la Figura 6 (Anexo 4) y muestra una muy amplia variación principalmente los meses lluviosos que van de junio a septiembre. En suma, la precipitación anual acumulada promedio de las 33 estaciones es de 536.9 mm. Su distribución espacial se muestra en el Mapa de Clima. 

 

En cuanto a la evaporación, la Figura 7 resume la información contenida en la base de datos ERICIII para dicho parámetro en las 33 estaciones. Destacan varias cosas: primero que a diferencia de los anteriores parámetros descritos, los datos de evaporación no son del todo constantes en su registro (ver Anexo 5 y Mapa de Clima). No obstante lo anterior destacan 3 meses: marzo a mayo, como aquellos que muestran los valores más altos de este parámetro. En valor acumulado anual de todos estos promedios mensuales es de 1,813mm. Aunado a lo anterior es destacable que ante una precipitación de menos de 600 mm promedio anuales esta cifra de evaporación anual esté imponiendo graves restricciones de humedad para el desarrollo de la agricultura de temporal, aparte de la problemática propiamente de balance hídrico que se verá más adelante sí como la recurrencia de fenómenos tales como sequías.

 

 

 

El fenómeno de granizadas se ha observado en las 33 estaciones en un promedio de 28.9 años que incluye un promedio de 879 días. En ellos, destacan los meses lluviosos de junio a septiembre como los de mayor recurrencia de estos fenómenos. La Figura 8 (y Anexo 6) muestra lo antes señalado, destacando también el amplio margen de variación de los datos registrados, observándose una mayor desviación estándar también en los meses de lluvia. 

 

Una situación similar se presenta en el caso de las tormentas eléctricas, las cuales se concentran también en los meses lluviosos, superando en número los días observados a los de granizo (Figura 9 y Anexo 7). 

 

Asimismo, la proporción de días con nublados y medionublados se concentra durante los meses lluviosos (Figura 10 y Anexo 8). 

 

La proporción de los días con niebla se muestra en la Figura 11(Anexo 9). En promedio los más de 878 días y aproximadamente 29 años de registros en las estaciones, los meses más lluviosos no muestran más de 14% de días con niebla. 

 

Para el análisis de recurrencia de fenómenos como precipitación extrema se tiene que de acuerdo con Chow et al. (1994), el estudio de eventos extremos incluye la secuencia de observaciones máximas (o mínimas) de conjuntos de datos. Debido a que esas observaciones se localizan en la cola extrema de la distribución de probabilidad de todas las observaciones de la cual se extraen, pueden seguir una función como la que se enuncia a continuación:

Los parámetros se calculan por partes:

El parámetro u es la moda de la distribución o punto de máxima densidad de probabilidad que puede definirse como: 

 

Para una distribución de probabilidad EVI (Extreme Value type I, Gumbel 1957, que es la más utilizada en Hidrología) el valor extremo del momento de retorno (xT) se relaciona con el valor extremo del evento (xT) en dicho periodo de retorno mediante:

Las distribuciones de valor extremo de este tipo han sido las más ampliamente utilizadas en Hidrología. Estas forman la base para el método estándar de análisis de frecuencias de crecientes en Inglaterra (Natural Environment Research Council, 1957 citado por Chow et al. 1994).

También de acuerdo con Chow et al. (1994), para el cálculo de la probabilidad de que un evento de magnitud igual o superior a la media de los eventos extremos registrados se listan dichas observaciones, se identifican los intervalos de recurrencia y se obtiene un promedio de los mismos. El inverso de la media de dichos intervalos de recurrencia define la probabilidad de ocurrencia de dicho evento: La Figura 12 presenta las curvas de intensidad-frecuencia generadas a partir del análisis de recurrencia y probabilidad de lluvia con datos de cada una de las estaciones. Sobre el eje de las X se presenta la recurrencia de los eventos extremos (más de 5 años) y dependiendo de la disponibilidad de información

este eje puede extenderse gráficamente hasta 60 años.

Por otro lado, sobre el eje de las Y se grafica la intensidad máxima de acumulación de lámina de precipitación en 24 hrs. Nuevamente y dependiendo de la información disponible, existieron estaciones con registros que alcanzan 110 mm y que representan los eventos con más prolongado de periodo de retorno observado. Una ventaja del procedimiento de generación de curvas de intensidad- frecuencia es la determinación de la tendencia que se ajusta a una curva logarítmica en la que la Y calculada es la intensidad o magnitud pronosticado de un evento para una estación con un modelo de ajuste (Tabla 2). 

 

De igual modo, puede calcularse para cualquiera de la estaciones con su modelo de ajuste la probabilidad de magnitud de un evento, esto es conforme al inverso del periodo de retorno explicado en párrafos anteriores. En general los modelos de regresión obtenidos muestran un buen ajuste, con R2 superior a 0.7 y en muchos casos de más de 0.9. La Figura 3.13 muestra que el conjunto de modelos para el fenómeno intensidad-frecuencia, sugieren tormentas convencionales con periodos de retorno de 10 o menos años en un rango de intensidad de 20 a 90 mm en 24 hrs (Figura 13). 

 

Por otro lado, retomando los datos anuales de precipitación acumulada de las estaciones meteorológicas de referencia en el área se procede a un análisis de media móvil el cual permite identificar el porcentaje observado de años de sequía y años húmedos. Dicho análisis consiste en obtener el promedio de la serie original de datos de precipitación anual (Figura 14 líneas guindas), calcular la media móvil en intervalos de 5 años y contabilizar los años restantes (n-5) que corresponden al 100% de la observación para esa estación, el número de años cuya media móvil se localiza por abajo del promedio de la serie original y el número de años cuya media móvil se localiza por arriba de dicho promedio. Este procedimiento tiene la desventaja de que se pierden los primeros 4 datos y el último de la serie pero se gana suavizando los efectos del número de años de sequía. La Figura 14 muestra el comportamiento del régimen de precipitación en las estaciones. 

En términos muy generales, de las 33 estaciones dentro y entorno al área de estudio solo 28 disponen de suficientes series consecutivas para recorrer la Media Móvil a 5 años y esto permita la homogenización de la marcha de años lluviosos vs. años secos. La Figura 14 muestra como en la mayoría de esas estaciones con series disponibles se presenta a principios de los años 80’s una sequía en la región. En algunos casos de manera más severa que en otros pero

 

consistente y de mayor magnitud que la serie también consistente pero de menor intensidad que la sequía de los finales de los años 60.

Lo anterior, aunado a la relativa estabilidad alrededor de la media histórica de la precipitación anual observada en la primera parte de la presente década, puede sugerir el inicio y establecimiento de un periodo relativamente más seco. La distribución espacial tanto de la recurrencia de fenómenos de precipitación extrema como severidad de sequía se analizarán en la fase de diagnóstico del presente ordenamiento.

2. CaracterizacióndelascuencasysubcuencasdelMunicipio

El municipio de San Miguel de Allende, Gto. Se localiza en su totalidad dentro de la Región Hidrológica No. 12 Lerma-Santiago y salvo escasas 98 hectáreas localizadas en la porción sur, la mayor extensión territorial del Municipio se encuentra dentro de la Cuenca del Río Laja.

El Río Laja tiene un recorrido de 250 Km a lo largo de su colector principal y hasta su confluencia con el Lerma drena una superficie de 9,679 Km2. De ellos 2,035 km2 quedan en el estado de Querétaro y 7,644 Km2 en el estado de Guanajuato. La cuenca se desarrolla entre los 20°17’ y 21°32’ de latitud norte y los 100°07’ y 101°30’ de longitud W y su forma es irregular, con numerosos quiebres y sinuosidades que le dan un desarrollo amplísimo.

Nace en la vertiente oriental del cerro de San Juan, a 2,950 m de altitud, y a unos 25 km al NE de la ciudad de León Gto. Inmediatamente el colector se dirige hacia el oriente a lo largo de unos 25 km. En este tramo primero se le llama río del Nuevo Valle de Moreno y aguas abajo río San Juan de los Llanos. Después continúa con la misma dirección este por unos 25 km más hasta la estación de ferrocarril Obregón, Gto., donde cruza la línea férrea que va a San Luis Potosí; en este segundo tramo se le conoce ya como río de La Laja. A continuación viene un tramo largo y sinuoso que en línea recta mide unos 50 km hasta el lugar conocido como Santuario de Atotonilco, Gto. La distancia a lo largo del colector general entre los dos puntos citados es de 69 km y a lo largo de ella el colector general va conservando hacia el margen derecha la vía férrea ya mencionada, con la cual finalmente se cruza cerca de la estación La Petaca, de manera que de aquí en adelante la línea férrea queda hacia la margen izquierda.

De Atotonilco sigue un tramo del colector general muy sinuoso, cuyas dimensiones son en línea recta 60 km y a lo largo del colector 72 km. Pues llega hasta Celaya. En todo este tramo el ferrocarril ya mencionado conserva su posición hacia la margen izquierda del río de La Laja. Al llegar a Celaya el río bordea esta ciudad dejándola hacia la margen derecha y el cauce describe un arco de aproximadamente 90° que le permite cambiar su curso hacia el oeste, en al forma que se encamina directamente hacia su desembocadura en el Lerma, mediante un recorrido que en línea recta es de unos 40 km. Pero que a lo largo del colector general significa 50 km de desarrollo.

Son importantes las ciudades por las que este afluente del Lerma pasa o bien que va quedando cercanas a él, como son el poblado llamado Río Laja, Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende, Comonfort y Empalme Escobedo junto a su ribera izquierda y luego Celaya, cercana a su margen derecha, donde al cambiar de dirección principal ya sólo pasa por Cortazar, que queda en el margen izquierda, Villagrán en la margen derecha y Valtierrilla también en la margen derecha.

El río de La Laja se inicia a unos 2,950 m s.n.m., y afluye al Lerma en un punto de 1,675 m s.n.m., después de un recorrido aproximado de 250 km; esto significa que tiene una pendiente media de 0.0051, pero que si no se toma en cuenta los primeros 50 km de su recorrido que corresponden a la parte más abrupta, donde el río baja 1,000 m en esa distancia, resulta que la estación hidrométrica Obregón a la desembocadura en el Lerma el trayecto se reduce a 200 km y el desnivel a 400 m, lo que da un valor de 0.0020.

La obra de almacenamiento más importante sobre esta corriente, y una de las más importantes del estado, es la presa Ignacio Allende, situada a 98 Km aguas arriba de la confluencia con el Lerma y a 10 km al suroeste de la cabecera municipal de San Miguel de Allende Gto. con una capacidad total de 149.2 millones de m3.

Las subcuencas pertenecientes al Río Laja que drenan la superficie del municipio son cinco:

 

  •  La subcuenca Río Laja que ocupa aproximadamente el el 50% del municipio y se localiza en toda la porción central del mismo.

  •  La subcuenca La Cebada-La Puente que ocupa aproximadamente el 21 % de la superficie del municipio en su parte noreste.

  •  La subcuenca Querétaro-Apaseo con el 17% aproximado de la superficie del municipio por su parte sur.

  •  La subcuenca Ignacio Allende con el 8% del territorio municipal en su parte centro-oeste y

  •  La subcuenca San Damián en la porción oeste del municipio con solo el 4% del territorio de este.

  •  La subcuenca Temascatio perteneciente a la cuenca Río Lerma- Salamanca, se localiza al sur del municipio y ocupa menos del 1% de su territorio.

    Se contabilizan en el municipio un total de 157 microcuencas con extensiones que van de 3 a 3,150 ha. Por su extensión la Subcuenca Río Laja aglutina la mayor cantidad de microcuencas (88) del municipio seguido por las subcuencas Querétaro-Apaseo (29) y La Cebada-La Puente (25). Se trata en general de microcuencas de entre 870 a 1,314 ha de superficie en promedio, con perímetros de entre 13.8 y19 km y con una longitud de entre 4 a 13 km.

    En cantidades menos significativas de microcuencas, sigue las Subcuencas Ignacio Allende (8) y San Damián (6). Sólo una microcuenca en el municipio la Subcuenca Temascatio pertenece a la Cuenca Lerma-Salamanca.

    En ese sentido general puede señalarse que aunque escasa en número, las microcuencas de la subcuenca Ignacio Allende son las de tamaño relativamente mayor (1,422 ha promedio) y en ese mismo sentido las microcuencas de mayor efecto de borde por mayor su perímetro (21.5 km promedio). Las microcuencas más alargadas con promedios alrededor de 24 km son las de las subcuencas San Damián y Temascatio. La Tabla 3 muestra un resumen de las características morfométricas sintéticas promedio por subcuenca en el municipio. 

El Coeficiente de compacidad (también conocido como índice de Gravelius), se define como el cociente entre el perímetro de la cuenca y la longitud de una circunferencia de área igual al área de la cuenca. Hay mayor tendencia a las crecientes en la medida en que este número sea próximo a la unidad.

La Relación de elongación (Re) se define como el cociente entre el diámetro de un círculo que tiene igual área que la cuenca y la longitud de la misma. Varía entre 0.6 y 1 para una amplia variedad de climas y geologías. Además parece fuertemente correlacionado con el relieve de la cuenca, de manera que valores cercanos a la unidad, son típicos de regiones con relieve bajo, en cambio donde Re varía de 0.6 a 0.8 está asociado a fuertes relieves y pendientes pronunciadas del terreno (Campos Aranda, 1998).

La Relación de Bifurcación se define como el resultado de dividir el número de canales de un orden dado, entre el número de canales del orden inmediatamente superior. Por otra parte, la microcuencas del municipio muestran pendientes promedio de 5 a 22o, siendo las menos accidentadas topográficamente las de la subcuenca Temascatio en contraste con las microcuencas de la subcuenca San Damián que presentan en promedio valores de casi 22o de pendiente media. En ese mismo sentido destacan los valores más bajos de elevación en le municipio (1850 m) en la subcuenca Temascatio derivadora a la Cuenca del Río Lerma-Salamanca, hasta las microcuencas con elevaciones máximas promedio de 2,428 m en la subcuenca San Damián. La

 

Tabla 4 sintetiza los valores promedio de los parámetros altimétricos más sobresalientes de las microcuencas por subcuenca en el Municipio. 

 

El Anexo 10 presenta los valores de los parámetros morfométricos y altimétricos de cada una de las microcuencas del Municipio. El Mapa de Hidrología Superficial y Subterránea muestra la espacialización de las microcuencas en el contexto territorial del Municipio (ver anexo cartográfico).

3. Hidrologíasuperficialysubterránea

Las microcuencas del municipio tienen en general una densidad de corrientes (número de corrientes por km2) de entre 4.5 y 6, en tanto que la densidad de drenaje (km de corriente por km de superficie de la microcuenca) fluctúa entre 1.5 y 2.2 km/km2. Se trata de drenaje superficial dendrítico que a lo máximo llega generar hasta cuarto orden de cuenca. La última columna a la derecha en la Tabla 5 señala otro parámetro hidrológico importante determinado para las microcuencas del municipio: la longitud del cauce más largo. Como los otros parámetros morfométricos y altimétricos de las microcuencas todos ellos, incluyendo estos últimos señalados de densidad de drenaje y longitud de cauce principal, apuntan a la concentración de flujos superficiales de las microcuencas. 

 

Las microcuencas de San Miguel de Allende reúnen las características físicas propias para concentrar rápidamente los escurrimientos superficiales en la salida de la microcuenca. Son microcuencas con superficies relativamente grandes, de formas tendientes a circulares, con diferencias altitudinales significativas, con superficie disectada ampliamente por corrientes, con valores altos en su densidad de drenaje y que, además tienen valores bajos en su cauce principal.

Un parámetro sintético en este sentido lo representa por un lado el tiempo de concentración (tc), que expresa el tiempo que transcurre para que toda la cuenca esté contribuyendo al flujo en su salida. De las diversas ecuaciones desarrolladas, el más empleado es el método California Culverts Practice (citado por Chow et al 1994), el cual establece que: 

 

Otro parámetro empleado en hidrológico es el periodo de retardo de la cuenca, que de acuerdo con Wanielista et al (1997) se calcula conforme el método del Natural Resources Conservation Center como tc/1.67. Este parámetro considera el tiempo que una masa de agua es retenida temporalmente en la cuenca, como función empírica de lo tarda en concentrarse. Una estimación resumida de los valores promedio de tiempo de concentración y periodo de retardo de las microcuencas del municipio se presentan en la Tabla 6. Destaca desde luego la respuesta hidrológica relativamente más expedita de las microcuencas de la subcuenca Temascatio seguidas por las de la subcuenca Querétaro Apaseo. 

 

Los fenómenos de escurrimiento superficial en las microcuencas del municipio, que se presentan los meses lluviosos señalados en el apartado anterior, son conducidos por diversos medios. Destacan las corrientes naturales intermitentes cuya longitud comprende más del 90% del total seguido apenas por los canales a cielo abierto que no alcanzan el 5% del total longitudinal estimado para el municipio (Tabla 7). 

Si bien no es significativa la longitud de las presas en uso o fuera de uso por su contribución en la conducción de escurrimientos superficiales en el municipio, en conjunto la superficie que los cuerpos si es considerable. En el municipio un total de 613 cuerpos de agua fueron censados para el año 2010, y cuyas superficies comprenden un rango que va de menos de 10 m2 a 2,923. 3 ha (Presa Allende) con un promedio de 6.9 ha y una desviación estándar de 118.29 ha y una moda de 37.56 m2. Después de la Presa Allende le sigue en importancia por su extensión la presa de La Cantera y el Bordo Grande, así como las presas Las Colonias y El Obraje, esta última utilizada para abastecer de agua a los terrenos de riego existentes en la zona. El relativamente alto número de cuerpos de agua de dimensiones domésticas muestra la preocupación de la población por retener agua en obras hidráulicas de muy baja inversión pero de alto beneficio por su utilización principalmente para consumo por el ganado.

Otros aspectos importantes de la utilización de obras hidráulicas en el municipio lo refiere el sistema BANDAS (Banco Nacional de Aguas Superficiales) a través del sistema SIAS (Sistema de Información de Aguas Superficiales) que proporciona CNA-IMTA y que para el municipio acota en  4 estaciones hidrométricas localizadas conforme lo indica la Tabla 8 en coordenadas geográficas decimales y en coordenadas UTM de la región 14N. 

 

La Estación 12350 “La Begoña II” dispone de 300 meses con información hidrométrica del Río La Laja en un periodo de mediciones de enero de 1965 a diciembre de 1989 en los cuales se observó un gasto medio de 6.56 m3/s con un máximo histórico ocurrido el 09/09/1967 que ascendió a 575 m3/s. La Figura 15 presenta el hidrograma con los valores medios mínimo y máximos históricos por mes registrados en la estación. 

 

De lo anterior se puede adelantar como lo señala UNAM (2000) que es importante establecer un programa de rehabilitación y saneamiento del Río La Laja para controlar los escurrimientos, mantener la humedad y retener el agua al máximo. La construcción de terrazas de infiltración, desarrollo de cobertura vegetal y reforestación de las márgenes son algunas de diversas acciones para recuperar las recargas al acuífero.

Precisamente, en materia de aguas subterráneas, el territorio del municipio forma parte de 5 de los 22 acuíferos reconocidos para el estado de Guanajuato. Específicamente y en mayor proporción forma parte de los acuíferos Ocampo y La Laja (Figura 19). De acuerdo con información cartográfica de geología publicada, en el área del acuífero de Ocampo aflora una secuencia de roca ígneas extrusivas, las cuales se encuentran cubiertas por depósitos de aluvión. De acuerdo con estas características, el aluvión conformaría un delgado espesor, por lo que el agua económicamente explotable se localiza en las rocas volcánicas y en particular donde haya una alta densidad de fracturamiento. 

El acuífero La Laja en realidad engloba a los acuíferos Laguna Seca, San Luis De La Paz, Doctor Mora San José Iturbide, San Miguel De Allende, La Laja, San Felipe, los cuales comparten las mismas características hidrogeológicas. Este sistema está constituido por dos acuíferos: uno de tipo granular y otro fracturado. Los espesores del acuífero granular, en las estructuras principales, alcanzan entre 100 y 300 metros. El contraste de permeabilidad entre el acuífero granular y fracturado no puede ser mayor a un orden de magnitud; por lo que se manejó un valor de permeabilidad de 0.8 m/día para el acuífero fracturado.

Estos acuíferos están interconectados hidráulicamente entre sí. La unidad geohidrológica aprovechada a nivel regional está conformada por tobas de permeabilidad variable, de acuerdo a su composición granulométrica. Otra unidad con características permeables, la constituye los conglomerados que afloran al poniente de la zona geohidrológica. Las rocas sedimentarias plegadas que también afloran localmente en esta área, están constituidas por calizas, lutitas y areniscas se les confiere una baja permeabilidad. Los depósitos de aluvión forman capas de delgado espesor y no representan posibilidades de estar saturados, dada su situación con respecto al nivel de

 

saturación. La recarga a estos sistemas acuíferos se da por infiltración a través de las capas de tobas.

Dentro del municipio se tiene conocimiento de la existencia y aprovechamiento de 231 pozos en el acuífero Ocampo y 340 más en el acuífero La Laja. El Anexo 11 presenta una relación de dichos pozos y sus localización por paraje y coordenadas UTM. El Mapa de Hidrología Superficial y Subterránea muestra la distribución espacial de dichos acuíferos y los pozos señalados. También es importante señalar la existencia de manantiales de aguas termales y alcalinas, que representan un atractivo eco- turístico en el municipio, ya que son aprovechadas por algunos balnearios entre los que destacan: El Chorro, Montecillo, El Cortijo, Cieneguita, Atotonilco y Taboada. Además, existe un balneario que tiene aguas sulfurosas que lleva por nombre El Xoté.

De acuerdo con un UNAM (2000), todos los municipios que se ubican en el interior de la Cuenca de la Independencia1 (la que aglutina los acuíferos señalados arriba) dependen principalmente del abastecimiento de agua subterránea para satisfacer las demandas de agua potable, doméstico, agrícola e industrial. De estos sectores el agrícola es el consumidor principal, con más del 80% del volumen de extracción. En la actualidad existen en la cuenca cerca de 2,500 pozos, a pesar de que existen tres Decretos de Veda Rígida desde los años de la década de 1960 (específicamente de fecha 24 de septiembre de 1964, publicada en el DOF el 19 de diciembre del mismo año). En el siguiente apartado se aborda una síntesis del estudio referido sobre este importante particular.

4. Disponibilidadycalidaddeagua

De acuerdo con la información histórica del Acuífero de la Independencia, los primeros pozos se perforaron a principios de siglo y a partir de los años 1950 ́s se inicia la perforación acelerada de pozos. Históricamente se reporta que los niveles de los pozos en el Acuífero de la Independencia fueron relativamente someros, por lo que puede estimarse que casi correspondían con la elevación del terreno en las zonas planas.

 

Debido a la extracción excesiva de agua subterránea a principios de los años de la década de 1950, la Federación, publicó el decreto de veda rígida desde el 7 de febrero de 1958 (UNAM 2000). Posteriormente se publicaron otros decretos, uno en 1964 y otro en 1976 (UNAM 2000). Es importante recordar los decretos de veda de la Región Lagunera en los años de 1949, 1952, 1958 y 1965 (UNAM 2000), donde el resultado actual es el abandono de los terrenos agrícolas debido a un excesivo costo de energía eléctrica por bombeo a gran profundidad. Esto muestra que los decretos de veda no han sido efectivos.

En un estudio de la UNAM (2000) se señala que, de acuerdo a las estadísticas de la CNA, la distribución de la extracción de agua del subsuelo en el conjunto de microcuencas que conforman el denominado “Acuífero de la Independencia” para 1996 fue de un total de 1,377 pozos. De estos, en esas fechas, 1,050 se encontraban en activo con un volumen total de extracción de 398 millones de m3. Según este estudio, el 32.1 % de la extracción se llevó a cabo en la región del Río La Laja, el 29.5 % en la región de Laguna Seca, el 21.2% en la región San José Iturbide-Dr. Mora, el 12.5% en la región de San Miguel de Allende y el 4.7 % en las regiones de San Felipe, San Luís de la Paz y San Diego de la Unión.

En términos de balance los datos de extracción en todo el Acuífero de la Independencia para el año de 1981 fue de 412 Millones de m3/año; y en 1992, de 542 Millones de m3/año. De acuerdo con las tendencias mostradas, se estima que la extracción para 1996 fue de 620 Millones de m3/año y se preveía que para el año 2000 la extracción fuese cercana a los 700 Millones de m3/año y para el año 2010 se acercase a los 1000 Millones de m3/año. Lo anterior se debe a que no existe ningún control real en la creciente perforación de pozos, ni controles en los volúmenes de extracción. La recarga anual para todo el acuífero que estima el estudio realizado por la UNAM es de 185.39 Millones de m3/año.

Los impactos económicos del abatimiento de los niveles piezométricos, debido a la extracción excesiva de agua subterránea en el Acuífero de la Independencia, se manifiestan en: (i) incrementos progresivos de los costos de bombeo, (ii) secado de los pozos someros, aspecto que será cada vez mas crítico, ya que los usuarios con más recursos para perforar a mayor profundidad serán los únicos sobrevivientes agrícolas, (iii) problemas locales de subsidencia, lo cual reduce el coeficiente de almacenamiento en el acuífero y por tanto la disminución del almacenamiento del agua subterránea, (iv) agrietamientos del terreno que generan mayor consumo de agua por su migración preferente a lo largo de las fracturas, (v) cambio potencial de calidad del agua subterránea a medida que se profundiza, (vi) secado de escurrimientos superficiales, tal como el secado del Río La Laja a finales de la década de los años de 1970 (efecto que se detalla mas adelante) (vii) incremento de la erosión del suelo y (viii) destrucción de micro-ambientes.

Particularmente para el acuífero correspondiente a San Miguel de Allende se considera que actualmente este recibe como recarga renovable un volumen de 14.0 Mm3/año, frente a una cifra del doble (28Mm3) por extracción principalmente para riego agrícola (Figura 20). En conjunto con los aprovechamientos para el sector público urbano, la industria y el uso doméstico la extracción asciende a 28 Mm3/año, lo que significa que este acuífero se considere excesivamente sobreexplotado.

Por otro lado, se presenta el problema de la interacción agua-roca asociada al movimiento del agua subterránea. En su estudio la UNAM (2000) define las zonas que presentan problemas de calidad y en particular los elementos químicos que sobrepasan los límites establecidos por la norma. Enlista 34 pozos (Tabla 9) que en su estudio muestreó y que refiere al no cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994 publicada el 02 de Noviembre de 2000, la cual establece los límites permisibles de calidad y los tratamientos de potabilización del agua para uso y consumo humano, que deben cumplir los sistemas de abastecimiento públicos y privados o cualquier persona física o moral que la distribuya, en todo el territorio nacional.

Particularmente en el Municipio de San Miguel de Allende destacan los pozos 157 y 159 concesionados a Lacteos San Remo y la localidad Cuatrovientos por mostrar niveles de Fluoruro de 3 y respectivamente. De igual modo se encuentran los pozos 157 (también Lacteos San Remo) y 158 (localidad La Lejona) con niveles de 295 y 11.9 respectivamente de NO3. Por último el pozo 204 en la Presa Allende mostraba un valor límite de Aluminio (0.2mg/l) y un pH superior a la norma (8.76). Lo anterior hace que se considere un acuífero con migración de contaminantes. 

De acuerdo al estudio antes citado, se identificaron pozos, cuya agua contiene iones que pasan los límites establecidos para consumo humano, en particular en los siguientes elementos: aluminio, manganeso, arsénico, hierro, selenio, plomo, fluoruros, potencial de hidrógeno y nitratos. De los casos anteriores el arsénico y los fluoruros representan un problema regional entre las Ciudades de San Luis de la Paz y San Diego de la Unión en una región que cubre cerca de 300 km2 y que potencialmente se extiende a un número importante de pozos. El origen y movimiento de estos elementos es objeto de estudio en el Instituto de Geología de la UNAM. El resto de los casos de calidad, están asociados a problemas locales de contaminación.

Finalmente sobre el punto de disponibilidad y calidad del agua es importante resaltar una de las principales recomendaciones del estudio de la UNAM, acotado en este sentido para el muncipio: Establecer una Red de Monitoreo Piezométrico y de Monitoreo de Calidad del Agua, enfocado, tanto a problemas de calidad para uso potable como al posible efecto de incremento de sodio.

5. Situacióndelosacuíferos:ÁreasderecargaenelAOE

El estudio de la UNAM (2000) señala que los isótopos de oxígeno-18 y deuterio muestran que el agua subterránea en el Acuífero de la Independencia es de origen meteórico, es decir por aportación de la infiltración de agua de lluvia durante diferentes periodos de tiempo, incluyendo al agua termal. Indican además que durante el proceso de infiltración o recarga el agua no fue afectada por evaporación. Sin embargo la recarga no se lleva a cabo en forma anual como han venido manejando los balances en forma tradicional; por tanto se requiere de un modelo conceptual nuevo para evaluar la disponibilidad de agua subterránea en la región. Lo anterior tiene dos implicaciones importantes: La primera, que modifica el esquema de disponibilidad de agua subterránea en la cuenca, que es todavía mucho menor de la que se había calculado por métodos de balance anual; y la segunda, que indica que la construcción de bordos no es una solución para la recarga del acuífero como se había pensado, aunque no deja de ser importante para regular el escurrimiento superficial y evitar la extracción de agua subterránea. También se deduce de lo anterior, que el agua subterránea en la Cuenca de la Independencia es un recurso no renovable a escala humana (en algunas zonas el periodo de recarga supera las cinco décadas).

La reproducción de las condiciones iniciales de flujo que mejor reproducen las evidencias hidrogeológicas de sistemas de flujo y la distribución de permeabilidades mencionada son: (1) Una recarga de 40 mm/año en las regiones planas de la cuenca, en particular sobre el acuífero granular, (2) recarga de 64 mm/año en la Sierra de Guanajuato y 64 mm/año en la Sierra del Zamorano. Esto representa valores de recarga cercanos al 10% de la distribución media anual de la precipitación en la Cuenca de la Independencia.

La recarga obtenida bajo condiciones iniciales producto de la modelación, con los parámetros y condiciones anteriores, fue del orden de 290 millones de m3/año. La explotación excesiva del acuífero causó la profundización progresiva de los niveles y redujo paulatinamente la oportunidad para que la recarga se lleve a cabo; de tal manera que llegó un momento en que la infiltración de lluvia tomará décadas en llegar hasta el nivel del agua subterránea, como lo demuestra la sección isotópica del estudio.

En cuanto al manejo del acuífero, no existen objetivos a corto y largo plazo que permitan reducir la extracción en forma progresiva, ni consideran la posibilidad de mantener una condición de disponibilidad segura en el acuífero que prevenga abatimientos piezométricos de mayor magnitud. La situación se limita a una sobrevivencia “del más fuerte”, es decir, aquellos que puedan mantener la perforación cada vez más profunda y puedan pagar los altos costos de energía eléctrica, lo cual no es una estrategia adecuada; ya que en algún momento se llegará al límite de disponibilidad del agua subterránea. Esta política traerá como consecuencia un empobrecimiento progresivo en la región.

De acuerdo con el estudio de la UNAM (2000) es necesario realizar cambios profundos en los criterios establecidos o prácticos en el manejo particular del agua subterránea, del que dependen otros recursos y sobre todo el desarrollo social y económico de la región. Dada la magnitud del problema de explotación del agua subterránea en toda la Cuenca de la Independencia, se requiere una reducción drástica en la extracción y consumo del agua. Se recomiendan desarrollar instrumentos eficientes de gestión a nivel cuenca que puedan ser aplicados con éxito, por usuarios del Acuífero.

Finalmente, la definición de un área de recarga es aquella porción de una cuenca de drenaje en la cual el flujo saturado de agua subterránea es dirigida lejos del nivel de agua freática (Freeze & Cherry 1979). Así en un área de recarga el nivel freático generalmente es profundo en contraste con las áreas de descarga en las que el nivel freático es somero.

Los criterios rectores para la identificación de áreas de recarga manejados en su estudio por la UNAM y soportados además por diversos autores (Dunne & Leopold1978, Freeze & Cherry 1979, Hewlet 1984, Mijailov 1985, Brooks et al 1992, Wanielista et al. 1997, Ward & Trimble 2004 y Toldeo 2005) son: a) Zonas Montañosa (con relieve accidentado que incrementa los sistemas y subsistemas de flujo subterráneo. b) las zonas con fallamientos, fracturas o granulometría fina.

Una inspección general a la presencia de estos dos criterios en las capas del SIG que se conforma para el presente estudio muestra que las sierras y lomeríos de las porciones Este, Centro y Sur del municipio, y principalmente las de la porción Oeste y Sur (serranía del sistema Támbula-Picachos) por su fallamiento, representa las condiciones más apropiadas para el fomento de la recarga en el acuífero Ocampo. Asimismo, son las sierras y lomeríos al oeste de la cabecera municipal, en el sistema La Calera la que representa similar oportunidad en el acuífero La Laja.

6. Identificacióndezonaspotencialesderiesgoporefectosdelcambio climático

Por la escala y extensión del municipio, no se identifican áreas con potencial riesgo por efectos del cambio climático.

 

 

C. Biodiversidad

 

1. Flora

Hasta el momento el listado florístico preliminar cuenta con 97 especies, pertenecientes a 85 géneros que corresponden a 41 familias, algunas de las cuales crecen de forma natural (de vegetación tanto primaria como secundaria), así como plantas cultivadas. La familia mejor representada a nivel de especie es Fabaceae con 18, posteriormente la familia Cactaceae con 11 y Asteraceae con 9. Los usos más comunes que los habitantes le dan a las diversas especies son el uso medicinal, comestible, maderable, ceremonial y ornametal en ese orden de frecuencia (Gutiérrez-Czelakowska 2008). El uso de plantas maderables reviste una gran importancia desde el punto de vista ambiental, ya que muchas especies de plantas leñosas han disminuido sus poblaciones, tal es el caso del encino y el huizache. En el caso de la tala de encinos reviste mayor gravedad, ya que esta especie se encuentra en las partes alta de la cuenca, y al ser talados los árboles se afecta la estructura y función de la vegetación favoreciendo la pérdida de suelo y ocasionando, entre otros problemas, azolves e inundaciones en las partes bajas.

Actualmente sólo se cuentan con el reporte de nueve especies de plantas con algún estatus de conservación señalado en la NOM-ECOL-059-2001 (Tabla 10), esta información corresponde al trabajo de Gutiérrez-Czelakowska (2008) para la Subcuenca San Miguel de Allende. De las nueve especies referidas, seis pertenecen a la familia Cactaceae; está situación es un común denominador en las regiones áridas y semiáridas del país, las especies de cactáceas frecuentemente son extraídas y comercializadas ilegalmente, lo que aunado a que algunas son especies raras o endémicas, sitúa a esta familia entre los grupos más amenazados en México. En este contexto resalta la labor de conservación llevada a cabo en la Zona de Preservación Ecológica Charco de Ingenio, donde se conservan alrededor de 500 especies de cactáceas, y especímenes de otras familias. 

2. Fauna

Son pocos los estudios de fauna que se ubican en el municipio de San Miguel de Allende Algunos de ellos hacen interesantes recopilaciones de las especies y situación de la fauna en áreas específicas, como el Programa de Conservación y Manejo de la Zona de Preservación ecológica El Charco del Ingenio y zonas aledañas (2007); y, Formación de una línea de base científica para el manejo integrado de la subcuenca específica Támbula-Picachos en San Miguel de Allende, Guanajuato (2009). En ambas investigaciones se realizaron salidas de campo y búsquedas en las bases de datos de la Comisión Nacional de Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (CONABIO). Dichos trabajos constituyen la base principal de esta caracterización. Aunque estas investigaciones se enfocan sobre todo a los vertebrados, ya que se carece de información de los invertebrados para el municipio.

Cabe señalar el papel fundamental que juegan los cuerpos de agua para el mantenimiento de las poblaciones de fauna silvestre. En este sentido, destaca la zona ecológica de protección del Charco del Ingenio y áreas adyacentes,

 

donde se han observado 195 especies de fauna, de las cuales, 18 especies cuentan con algún estatus de conservación según la NOM-ECOL-059-2001. Además, el Charco del Ingenio funciona como un refugio para las especies de anfibios presentes en la región y como un sitio donde se lleva a cabo un importante esfuerzo por contribuir a la conservación ex situ de varias especies de peces mexicanos al contar con un acuario donde se mantienen poblaciones de siete especies de peces endémicos al centro de México. Otras zonas importantes para la conservación de fauna son La Cañada de La Virgen y Los Picachos. El primero de estos sitios es conocido como un refugio para diversas especies de fauna silvestre. Mientras que en Los Picachos, Gutierrez- Czelakowska (2009) realizó una serie de entrevistas con informantes calificados que evidencia esta zona como un hábitat para diversas especies de mamíferos y reptiles.

En el área del municipio se cuentan con un registro de 268 especies de vertebrados, de las cuales el 1.11% son peces, 4.84% anfibios, 15.29% reptiles, 64.17% aves y 14.55% mamíferos (Tabla 11), destaca la casi ausencia de peces nativos, debido a las pocas corrientes de agua permanentes en la subcuenca (UAQ, 2009). En comparación con la diversidad de México, la fauna de vertebrados del municipio representa una fracción, solo en el caso de las aves representa un poco más del 15% de las especies. Respecto a la biodiversidad de Guanajuato, las aves y los mamíferos representan un 67 % y el 70% respectivamente, en el caso de los reptiles los registros reportados por la UAQ señalan 10 especies más que las registradas en Guanajuato por Flores y Gerez (1994) y 21 especies más que las registradas para la zona de la Sierra de Santa Rosa (Mendoza- Quijano et al. 2001). 

 

De las especies de vertebrados 29 cuentan con algún estatus de conservación de acuerdo a la NOM-059-ECOL-2001; de éstas, 19 requieren Protección especial y 10 se consideran como amenazadas (Tabla 12). Los reptiles y las aves son los grupos con mayor número de especies en la norma. Cinco especies de reptiles cuentan con Protección especial y cinco están amenazadas; cabe señalar que de éstas diez especies, ocho son serpientes, y tal como sucede en otras regiones del país las poblaciones de estos reptiles se han reducido, siendo uno de los principales causantes de esta disminución la cacería motivada por el desconocimiento sobre si trata o no de especies peligrosas. Entre las aves, seis especies son consideradas bajo protección especial y dos amenazadas. Las otras especies que conforman la lista son, seis de anfibios y una especie de mamífero.

Gutierrez-Czelakowska (2008) detectó algunas tendencias históricas de cambios en la fauna silvestre. Entre sus hallazgos se puede mencionar que los habitantes de las zonas rurales han observado la disminución de avistamientos de fauna, y que puede indicar la reducción de poblaciones silvestres de especies como venado cola blanca, conejos (Figura 21 A), liebres, armadillos, coyotes y víboras de cascabel (Figura 21 B). Incluso la gente de mayor edad señala que en esta región habitaban pumas, pero que actualmente ya no se conoce de la presencia de éste felino. 

En el municipio de San Miguel de Allende las poblaciones de fauna silvestre tienen una dinámica afectada por el mosaico rural-urbano que caracteriza la región. Por un lado, se han visto favorecidas las especies de hábitos generalistas, y por otro, se causa una presión antrópica a la fauna silvestre derivada principalmente del cambio de uso de suelo. De esta forma el hábitat para las poblaciones se ha reducido o se ha deteriorado. Otro factor que ha contribuido a la pérdida de especies es la cacería, ya sea con fines alimenticios (conejo, liebre, armadillo, víbora de cascabel) o por considerarse perjudiciales en algún sentido para los habitantes (serpientes y coyotes). Recientemente se ha venido desarrollando una problemática que afecta no sólo a la fauna silvestre, sino que representa un problema de seguridad y salud pública, que es

 

el incremento en las poblaciones de perros ferales. Esta manadas de perros atacan al ganado y tiene un severo efecto en las relaciones tróficas de las poblaciones de animales silvestres, por ejemplo, se transforman en competidores de depredadores como coyotes y gatos montés al consumir las mismas presas que estas especies (Gutierrez-Czelakowska 2008).

3. Procesosorecursosquesedebenmantenerparaasegurarlapreservación de la biodiversidad

La conservación de la cobertura vegetal (vegetación y hojarasca) en las cabeceras de las cuencas es fundamental, dada su importante papel en el mantenimiento de la estabilidad en el funcionamiento y estructura de una cuenca. En este sentido, en el área del municipio de San Miguel de Allende se cuenta con un estudio de la vegetación de la subcuenca específica Támbula Picachos (2009), en esta investigación se usó la metodología propuesta por Gentry (1988) para determinar coberturas y valores de importancia por especie, así como índices de diversidad para distintos tipos de vegetación. A partir de este trabajo se pueden tomar consideraciones específicas de manejo y conservación de los tipos de vegetación presentes en el municipio.

El tipo de vegetación con mayor cobertura en términos de la estructura horizontal de la vegetación es el bosque de encino, debido a que los encinos presentan doseles muy extendidos. El sistema montañoso de Los Picachos y el cerro La Márgara presentan las áreas con mejor cobertura de bosques de encino (más de 600%). Particularmente los bosques de encino de Los Picachos se consideran en buen estado de conservación, pues presentan especies indicadoras de ello, como lo son las lianas, y se observan poca abundancia de especies indicadoras de perturbación como Ipomoea murucoides, Dodonaea viscosa. Aunque en el Cerro de Támbula se observan manchones de bosques de encino, estos se presentan cierto grado de perturbación, con gran parte de las zonas con coberturas menores al 400%. En general, para los bosques de encino Gutierrez-Czelakowska (2008) consideró cuatro categorías con diferentes grados de cobertura: muy alta más de 600%, alta 400-600%, media 200-400%, abierto-perturbado 200%.

A pesar de que los encinares más conservados se ubican en las zonas más altas del municipio, donde hay menos asentamientos humanos y el acceso está más

 

restringido a las actividades productivas, estas son zonas de alta fragilidad ecológica, en las que las intervenciones humanas históricas, particularmente la explotación de carbón y leña, han provocado un aumento sustancial en las tasas de erosión que alcanzan más de 500 Kg/ha/año. Es necesario contar con una política de conservación y restauración ecológica es este tipo de vegetación, así como lineamientos de aprovechamiento y manejo de recursos maderables y de “tierra de monte” que se ha reportado que este obtenida de los bosques de encino. Si bien, los bosques de encino no son las áreas de mayor diversidad florística, su conservación, por estar en las zonas más altas, es fundamental para mantener la estabilidad y funcionamiento en otras áreas, además son las áreas de máxima representación faunística.

La mayor parte los manchones de selva baja caducifolia y de matorral están perturbados, la cobertura para estos tipos de vegetación se ha registrado en porcentajes mayores al 100% para la selva baja caducifolia y para el matorral se observa en un rango entre 56 y 220%.

El bosque tropical caducifolio presenta índices de diversidad más altos que los otros tipos de vegetación por las características estructurales heterogéneas de este tipo de vegetación. Es frecuente observar la presencia de Dasylirion acrotriche (cucharilla), en este tipo de vegetación, es una especie con estatus de amenazada según la NOM-ECOL-059-2001. Es recomendable considerar las zonas con bosque tropical caducifolio principalmente para restauración, puesto que se observa que estas comunidades se encuentran perturbadas.

Las áreas matorral en general se encuentran perturbadas, frecuentemente se observa una alta abundancia de especies indicadoras de perturbación. Cabe mencionar que, las especies nativas representativas de las zonas de matorral son los mezquites (género Prosopis) y huizaches (género Acacia) presentan un fuerte problema por la alta infestación de muérdago, lo que puede causar una alta mortandad en árboles y arbustos. Este escenario es particularmente importante, porque estas especies perennes de los matorrales cumplen con una importante función ecológica funcionando como “islas de fertilidad o islas de recursos” en ambientes áridos, además que amortiguan las condiciones ambientales bajo su dosel, funcionando como nodrizas para otras especies, sobre todo de cactáceas. Si bien, este fenómeno no se ha documentado para esta área, si se conoce para muchos ecosistemas áridos, donde numerosas especies están asociadas a la presencia de leguminosas perennes. Por lo

 

anterior, es necesario contar con áreas de restauración de matorral y hacer un estudio acerca de su estado de perturbación, y sobre todo del problema de infestación de muérdago. Si bien los pastizales son inducidos, estos albergan especies de cactáceas amenazadas. Este tipo de vegetación requiere un manejo agropecuario adecuado y un inventario de las zonas con especies amenazadas susceptibles de conservarse.

Especial importancia tiene la vegetación riparia, pues es parte esencial de los cauces, pues se relaciona con la estabilidad de los sistemas, las zonas de pendiente media y en las planicies del municipio. Los cauces han sufrido una fuerte alteración para favorecer la distribución uniforme del agua hacia las zonas agrícolas, esto ha derivado en problemas de azolvamiento e inundaciones en las partes más bajas. Así que se debe contar con un programa de rehabilitación de cauces que contemple la restauración de la vegetación riparia. Además, debe considerarse la restauración de los ecosistemas riparios para favorecer que estos funcionen como corredores naturales para la fauna y como hábitat natural de numerosas especies, particularmente de aves y anfibios.

Además de la cobertura la composición de especies vegetales puede ser un indicador de perturbación. Considerando cualquier tipo de vegetación de las que se presentan ene le municipio, si las especies dominantes son Ipomoea murucoides (palo bobo o casahuate), Dodonaea viscosa (ocotillo), Zaluzania augusta, el sitio presenta cierto grado de perturbación. Estas especies, en baja abundancias, no son significativas y podemos estar describiendo un ecosistema saludable. Cuando hay alta abundancia de D. viscosa, es indicativo de incendios; si I. murucoides es la especie dominante probablemente estemos en un área que ha sufrido sobrepastoreo. Cabe señalar que los pastizales presentes en el municipio son vegetación secundaria, cuyo crecimiento ha sido inducido por las actividades antropogénicas.

En cuanto a la fauna, resaltan algunos aspectos que fueron identificados por el grupo de trabajo de la Maestría en Gestión Integrada de Cuencas de la Universidad Autónoma de Querétaro (2009). En el caso de los reptiles se requiere un esfuerzo sustancial de educación ambiental para que sea entendido su papel e importancia ecológicos, y esto se traduzca en la conservación de este grupo faunístico que ha sufrido de la cacería ilegal por considerarlos animales peligrosos. Por otro lado, las aves, constituyen un que requiere de

 

mayores estudios, particularmente porque representa un alto potencial ecoturístico para aprovechar el segmento de los observadores de aves y cuyo papel en el conocimiento y monitoreo continuo del área puede ser de gran utilidad para mantener el patrimonio natural del área, ejemplo de ello es el papel de la zona sujeta a protección ecológica del Charco del Ingenio y Zonas Adyacentes (UAQ, 2007).

Las principales amenazas para la fauna además de las actividades antropogénicas que disminuyen los hábitats naturales y la cacería, es la presencia de jaurías de perros salvajes. Se ha documentado que el hecho de que los perros ferales tengan hábitos carroñeros y de consumo alimento de origen en los desperdicios humanos, les confiere una gran plasticidad y favorece su proliferación cerca de las zonas urbanas (Butler & du Toit, 2002). Además se ha demostrado que pueden competir con otras especies de fauna silvestre (Hidalgo 2004), pudiendo desplazar o disminuir sus poblaciones, pueden depredar al ganado o animales de granja y constituyen un problema de salud pública al ser transmisores de enfermedades. La solución a largo plazo del problema de los perros ferales es responsabilidad de los propietarios de perros y de efectivos programas locales de manejo, los cuales deben considerar los siguientes puntos: 1) educación pública acerca de los cuidados de los propietarios y de la importancia del confinamiento de los perros; 2) una normatividad que permitan la identificación de los propietarios de los perros y que les confiera una responsabilidad legal por los daños que éstos puedan ocasionar; 3) normatividad que prohíba el abandono de perros y contar con centros o instituciones donde puedan recibirse los perros que la gente ya no desea tener; 4) proporcionar facilidades y personas adecuadamente entrenadas para manejar los perros abandonos o que ya no son “deseados” por sus propietarios; y 5) contar con asistencia profesional para el control de los perros ferales que ya están establecidos en el área (Green & Gipson, 1994)

 

D. Riesgo Ambiental

1. Inundaciones

De acuerdo con el PEOT de Guanajuato (2002), en el período 1950-1994 (Fuente CNA, 1995), el número de inundaciones registradas fue de 172, siendo el 5° estado con rango de precipitación de alta intensidad, y con una frecuencia de ocurrencia de 0.049. Las zonas agrícolas potencialmente inundables son la cuenca del río Laja, Guanajuato, Turbio y Lerma y las zonas urbanas con riesgo de inundaciones son: León, Silao, Irapuato, San Miguel Allende, Celaya, Salamanca, Abasolo, Uriangato, Dolores Hidalgo, Juventino Rosas, Valle de Santiago, Huanímaro, Guanajuato y San Felipe. (Fuente: Dirección Estatal de Protección Civil Guanajuato, Atlas de Riesgos, 1996).

2. Tectonismo,SismicidadyVulcanismo

Una falla es una estructura que resulta de los procesos tectónicos que se originan durante la evolución geodinámica de una región. En las últimas épocas geológicas, el territorio Guanajuatense ha estado bajo la influencia de un régimen tectónico de esfuerzos distensivos, lo que ha originado un intenso fallamiento de tipo normal. De acuerdo con el POET de Guanajuato (2002) el fallamiento en el estado de Guanajuato está vigente. En la región entre San Miguel de Allende y Querétaro, son evidentes tres sistemas de fallas normales con diferentes orientaciones y activas en diferentes tiempos. El más antiguo de rumbo N-S (Falla de San Miguel de Allende), con un límite inferior en el tiempo de 28.6 m.a. y uno supeior de 12.1 m.a.; un segundo sistema de rumbo NW (TSMA), con un límite inferior de 6.2 m.a. y uno superior que en algunos sectores es de 4.6 m.a.a, aun cuando en otros éste podría llegar hasta el presente; un tercer sistema de rumbo ENE con un límite inferior aún no definido y uno superior que también puede llegar hasta el presente, si se considera la sismicidad reciente reportada en los Estados de Hidalgo y México, adicionalmente se ha concluido que en el margen septentrional de la provincia CVM comenzó el vulcanismo y que este ha migrado hacia el sur.

En el interior del país la sismicidad se concentra en el sistema de fallas asociadas al Eje neovolcánico. En apariencia el estado de Guanajuato es una entidad sísmica, a pesar de que históricamente no ha sufrido los terribles estragos de este fenómeno natural. Aparentemente su ubicación geográfica lo mantiene fuera o alejado de las zonas de intensa actividad sísmica del país, por lo que ante la evidencia, el estado debe ser considerado perísismico.

 

E. Tipos de Vegetación y Usos del Suelo

1. Uso del Suelo y Vegetación

Actualmente, existe un creciente interés por evaluar el impacto de las actividades humanas sobre los sistemas naturales, pues los procesos antropogénicos son considerados como una de las principales fuerzas que causan modificaciones en la biósfera, provocando cambios con mayor rapidez (Meyer y Turner II, 1994). El término uso del suelo se refiere al empleo que se le da a un terreno específico y a su cubierta vegetal. Este uso refleja las decisiones tomadas por los diferentes actores presentes en un territorio determinado (Medley et al., 1995).

Los estudios enfocados a conocer los tipos y distribuciones de los usos de suelo presentes en un área, permiten tener una visión sinóptica y cuantitativa de la condición en la que se encuentran los recursos naturales y la forma en la que la población accede y se apropia de dichos recursos (Lambin, 1997). La constante degradación de los sistemas naturales, derivados de la expansión de las machas urbanas y la falta de planeación del uso del territorio ha derivado en una transformación de los paisajes y degradación ambiental de los mismos.

Por este motivo, la elaboración de cartografía de uso de suelo y vegetación constituye una herramienta importante como apoyo a las tareas vinculadas con la instrumentación de políticas ambientales y eventualmente la base para los planes de uso del territorio, lo que representa una de las premisas centrales del ordenamiento ecológico en su conjunto.

a) 1. Metodología

Obtención de imágenes

La elaboración de un mapa de uso de suelo y vegetación implica el reconocimiento de distintas coberturas y formas de ocupación del suelo en un territorio, a través de sensores remotos o imágenes que permiten obtener información acerca de la superficie de la Tierra. Para la generación de la

 

cartografía de uso de suelo y vegetación del municipio de Allende, Guanajuato se utilizaron imágenes obtenidas de distintos sensores:

Una imagen LANDSAT 7, fecha mayo 2009, obtenida del U.S. Geological Survey (2009) con un Path 27 y Row 26. De esta imagen se utilizaron tres bandas multiespectrales:

- La banda 3, con un espectro de 0.63- 0.69 μm (rojo), es una banda de absorción de clorofila, útil para la clasificación de la cubierta vegetal.

- La banda 4, con espectro de 0.76- 0.90 μm (infrarrojo cercano), útil para determinar el contenido de biomasa, la delimitación de cuerpos de agua y la clasificación de las rocas.

-La banda 5, con espectro de 1.55 1.75 μm (infrarrojo medio), indica el contenido de humedad de la vegetación y el suelo.

La combinación de las bandas en orden 4,5,3 permite obtener una imagen de falso color RGB, cuyos espectros permiten diferenciar los diferentes tipos de vegetación (verdes, anaranjados y rojizos), y realza la humedad del suelo, permitiendo diferenciar las áreas agrícolas de riego y las de temporal (Sorani y Álvarez, 1996).

Debido a que cada una de estas bandas se encuentra una resolución de 30 m, se hizo un híbrido entre este compuesto de falso color con una imagen de alta resolución, obtenida del sensor SPOT 5 (Satélite de Observación de la Tierra). La banda pancromática de esta imagen (resolución de 2.5m) y su compuesto de color real, se obtuvieron de Google Earth. La imagen se descargó utilizando el software Stitch Maps 2.6 Plus versión, y se generó una imagen final de 5m de resolución. La corrección geométrica y la conversión de la imagen a un espectro de escala de grises, se hizo utilizando el software ERDAS Imagine 8.1.

Finalmente en este mismo software se hizo el compuesto híbrido entre la imagen pancromática de alta resolución y el compuesto multiespectral (LANDSAT 7), con la cual se hizo la interpretación visual para generar la cartografía de uso de suelo.

 

Interpretación visual

La interpretación de las imágenes se realizó de manera visual, utilizando el software ArcView 3.2, a través de la poligonización de las mismas a una escala 1:30 000, diferenciando en el proceso, los tipos de uso del suelo y la vegetación, a partir de las texturas y coloración de los objetos. Se revisó literatura diversa para identificar los tipos de vegetación en la zona, se consideró como base del estudio el Inventario Nacional Forestal (2000) y la cartografía actualizada del Uso de Suelo y Vegetación del Estado de Guanajuato (OET, 2004). Asimismo se realizaron recorridos de campo a lo largo del municipio, registrando con un GPS los distintos tipos de uso de suelo y vegetación.

b) Resultados

Se diferenciaron 20 categorías generales las cuales se presentan en la Tabla 13, donde también se indica la superficie territorial de cada categoría, en hectáreas y porcentaje. El mapa resultante se presenta en el anexo cartográfico impreso y digital. 

 

Para fines ilustrativos, y con base en el uso de suelo y vegetación se hizo una reclasificación de las categorías en función de su uso y sus características de ocupación: 1) agropecuario, 2) urbano 3) vegetación natural conservada 4) Vegetación natural perturbada 5) Cuerpo de agua y cauce 6) otros usos. Los resultados se presentan en la Figura 22. 

c) Descripción dmie las categorías de uso del suelo y vegetación

Agricultura de riego (incluye agricultura de humedad).

Esta cobertura representa casi el 8% de la superficie municipal, ubicándose las zonas de riego principalmente en la periférica de la ciudad de San Miguel de Allende, de la Presa Allende y en un corredor en la zona noreste del municipio. El principal cultivo de riego es la alfalfa y la avena forrajera, seguido por cebada, maíz y algunas hortalizas.

Agricultura de temporal

Se consideran todas las áreas destinadas al cultivo de temporal, el cual es principalmente de maíz, frijol y en menor escala sorgo. Representa el 40% de

 

la superficie del municipio. Cabe señalar que algunas áreas, a pesar de presentar rastros de este tipo de aprovechamiento, actualmente permanecen abandonadas, por lo que se han considerado como pastizales o zonas con vegetación secundaria (Figura 23).

Figura 23. Agricultura de temporal (Foto: Milagros Córdova A).

Pastizal inducido

Esta cobertura es derivada de diferentes cambios en el uso del suelo, ya sea por abandono de áreas de cultivo o para pastoreo. La presencia de este tipo de vegetación implica la degradación o eliminación de la vegetación original por desmonte o bien producto de áreas incendiadas. Los pastizales en la zona se encuentran tanto en parches aislados como conformando grandes manchones principalmente caracterizados por ser áreas de agostadero. Dentro de estos manchones pueden estar asociados con otros tipos de vegetación, como bosques de encino y matorrales espinosos. Gran extensión de los pastizales del municipio presentan un uso pecuario. La ubicación de esta cobertura es en pendientes que van de ligeras a pronunciadas, lo que aunado a la presión que ejerce el ganado, favorece a la pérdida de suelo, evidente en algunas partes del sur del municipio (Figura 24).

 

Figura 24. Pastizales del municipio de San Miguel de Allende, con diferentes estados de degradación del suelo (Foto: Milagros Córdova A).

Matorral espinoso asociado a vegetación secundaria, arbustiva y herbácea

Este tipo de vegetación, ampliamente distribuido en el municipio, ocupa 7,501 ha, resultado de la perturbación de otros tipos de vegetación como encinares y selva baja caducifolia. Esta comunidad está dominada en un 80% por especies arbustivas y un 20% por árboles espinosos (generalmente de 2m de altura), pudiendo presentar algunos relictos de la vegetación que originalmente sostenían (presencia de algunas burseras o encinos; Figura 25). Dentro de las especies que se pueden encontrar en este tipo de vegetación están: Prosopis laevigata, Acacia farnesiana, A, schaffneri, Condalia mexicana, Mimosa biuncifera, Ipomea murocoides (Sotelo com. pers). Como elementos no espinosos, que en partes se presentan como dominantes destancan el ocotillo (Dodonaea viscosa) y la tullidora (Karwinskia humboldtiana) indicadoras de disturbio. El establecimiento de este ecosistema puede ser benéfico para la restauración, presentándose algunos estados sucesionales a matorral xerófilo o selva baja caducifolia (Hernández et al., 2000).

 

Figura 25. Matorral espinoso y vegetación secundaria. (Foto: Milagros Córdova A).

Matorral xerófilo crassicaule

Esta comunidad está dominada por especies con tallos suculentos, principalmente de la familia Cactaceae asociadas a especies arbustivas espinosas. En el municipio, se presenta con especies arbóreas de 2 a 5m de alto, dominado por cactáceas dentro de las que destacan el nopal hartón (Opuntia hyptiacantha), el cardón (O. streptacantha), el garambullo (Myrtillocactus geometrizans). En el estrato arbustivo se encuentran algunos nopales el Opuntia imbricata (xoconostle), O.leptpcaulis, el maguey Agave salmiana y otras cactáceas como Ferocactus latispinus y Mammilaria 56 magnimamma. Algunos elementos leñosos como huizaches (Acacia schaffneri y A. farnesiana) y palo bobo (Ipomea murocoides). Los matorrales xerófilos bien conservados se encuentran restringidos a zonas con suelos pobres, someros y pedregosos, por lo que no es muy probable el aclareo para ganado. Estos se encuentra en terrenos con pendientes ligeras.

El matorral xerófilo crassicaule perturbado se distingue por ser una comunidad más abierta, con elementos herbáceos como Asclepias linaria (veitiunilla), Croton ciliato galdulifer (solimán), Jantropha dioica (sangredado), Zaluzania augusta (tronadora) y varias especies de pastos. Estos matorrales se encuentran perturbados por el sobrepastoreo intensivo, por lo que pueden presentar abundancia de gramíneas bajas como Aristida, y Bouteloua. Asimismo se presentan especies secundarias resistentes al pastoreo como

 

ocotillo, uña de gato y tullidora. Presentan amplia distribución en el municipio (Figura 26).

Figura 26. Matorral xerófilo crassicaule, en diferentes estados de perturbación (Foto. Milagros Córdova A).

Selva baja caducifolia

Comunidad densa que oscila entre los 5 y 15m, conformada por especies que tienen exudados resinosos o laticíferos y sus hojas despiden olores fragantes al estrujarlas. Dominan las hojas compuestas y/o cubiertas por abundante pubescencia. Algunas de las especies representadas son: Bursera fagaroides, Bursera palmeri, Erytrhina coralloides, Senna hirsuta, Srnna polyantha, Alvaradoa amorphoides, Caesalpinia pulcherrima, Parkinsonia aculeata y Lysiloma microphylla. En algunas partes este tipo de vegetación se encuentra mezclado con especies de matorral crassicaule y matorral espinoso, por lo que su diferenciación puede ser confusa (Figura 27).

 

Figura 27. Selva baja caducifolia (Foto: Milagros Córdova A).

Bosque de encino

Los encinares caracterizan la vegetación templada de la zona. En el municipio, empiezan a distribuirse desde los 2,100 a los 2800 m. Dentro de estos se encuentran dominando especies del género Quercus, que pueden presenta árboles que van de los 2 a los 30 m de altura. La determinación taxonómica de las especies de Quercus no es muy clara y no existen muchos estudios en la zona al respecto. Las observaciones realizadas en campo, indican que hay aproximadamente siete especies (Sotelo com pers.), las cuales se diferenciaron en función de la hoja y fuste. No se encontraron bellotas durante las épocas de visitas. Son ecosistemas amenazados principalmente por la extracción de leña y tierra de hoja, y cada vez más por el ganado (Figura 28).

Figura 28. Encinares del municipio. ( Foto: Milagros Córdova A).

 

Vegetación mixta

Esta categoría comprende a una zona de transición entre distintos tipos de vegetación, como son bosque de encino-selva baja caducifolia; selva baja caducifolia- matorral xerófilo crassicaule y bosque de encino- matorral xerófilo crassicaule. Se clasificó como una categoría aparte porque se presentan elementos propios de ambas comunidades y por lo tanto no se puede diferenciar o categorizar estas áreas a un tipo de comunidad en particular (Figura 29).

Figura 29. Vegetación mixta (Bosque de encino- matorral) (Foto: Milagros Córdova A)

Vegetación riparia

Solo se presentan pequeños relictos de este tipo de vegetación, alrededor de algunos cauces. La presencia de algunos árboles de sauces, fueron considerados como indicadores de este tipo de vegetación. La notoria degradación de este ecosistema, ha tenido fuertes impactos, , en donde los pobladores han tenido que recurrir a obras para retener la influencia del cauce, pero lo que ha hecho es modificarlo al grado casi de canalizarlo, causando más problemas.

Cuerpo de agua

Se consideraron dentro de esta categoría a las Presas, bordos, manantiales y canales. Algunos cuerpos de agua presentan fuertes problemas de azolve, que se deben en parte a su ubicación (en una zona en donde por las condiciones del terreno, ocurre el arrastre y acumulación de sedimentos); al material de mampostería (la gran mayoría son de tierra) y al poco mantenimiento.

 

Algunos de los manantiales se encuentran "abandonados" y en mal estado, alrededor de los mismos hay ganado y presentan problemas de contaminación (Figura 30).

Figura 30. Cuerpos de agua del municipio (Foto: Milagros Córdova A)

Cauces

Algunos cauces presentan fuertes problemas de socavación, en gran medida a la perturbación de la vegetación riparia y al incremento en la velocidad con la que corre el agua por el mismo. Muchos cauces se encuentran severamente modificados, ya sea que estén totalmente canalizados, o bien se hayan desviado por alguna carretera o incluso algunos cauces naturales han sido utilizados como caminos alrededor de los cuales se han establecido asentamientos humanos (Figura 31).

 

Figura 31. Cauces (Foto: Milagros Córdova A)

Zona inundable

En esta categoría se consideran zonas que por las características del suelo (poco permeable) y por encontrarse en áreas alrededor de cuerpos de agua o de áreas en donde suele acumularse el agua por sus características geomorfológicas, tienden a constituir zonas de acumulación natural de agua, pero en estas no hay ninguna obra para el aprovechamiento de la misma (Figura 32).

Figura 32. Zona inundable alrededor de la Presa Allende (Foto: Milagros Córdova A)

 

Zona sin vegetación aparente

Aquellas áreas en donde bien sea por condiciones naturales, como por ejemplo las características de los suelos (cráter de las formaciones volcánicas); o bien por perturbación, no se observa vegetación aparente. Dentro de esta categoría también se consideran aquellas áreas que presentan una degradación del suelo por procesos erosivos (Figura 33).

Figura 33. Zonas erosionadas (Foto: Milagros Córdova A)

Sitios de extracción

Áreas en el municipio en donde se lleva a cabo la extracción de materiales diversos, como piedra, grava y arena.

Urbano

Dentro de esta categoría se consideran asentamientos humanos tanto urbanos como rurales, caseríos, instalaciones de infraestructura (escuelas, iglesias, edificios, parques, canchas, bodegas, granjas, entre otras; Figura 34).

 

Figura 34. Zona urbana de San Miguel de Allende desde diferentes perspectivas (Foto: Milagros Córdova A)

Zonas lotificadas sin construcciones

La categoría contempla áreas, que generalmente ubicadas en la periferia de los centros de población, presentan una lotificación del terreno (diferenciada por cercos o por la construcción de calles de terracería) pero que aún no presentan construcciones.

2. Geomorfología

Se realizó un análisis del relieve con el fin de definir unidades geomorfológicas para el área de estudio. Las unidades geomorfológicas son uno de los pilares para la construcción de las Unidades de Gestión Ambiental del OET. El análisis tiene como principio el construir unidades de paisaje con características similares con base en la altitud, pendiente, geología y los patrones de drenaje. Para el AOE se definieron 15 unidades geomorfológicas que se ilustran en la Figura 35. 

La descripción de cada una de las geoformas de la Figura 35 se presenta a continuación:

ABANICO ALUVIAL

Son unidades de limitada distribución, al pie de valles que desembocan hacia planicies de mayor extensión. Son de muy baja- a ligera pendiente. Con materiales de acarreo de diversa textura, desde arenas-gravas, hasta arcilla- limo.

Los mayores ejemplos se distribuyen al pie de la Sierra La Margara. Son definidos como unidades de antiguo y prolongado desarrollo, con depósitos de alta permeabilidad, actualmente semisecos, pero con posibilidad de suministro hacia el subsuelo. Por lo cual deben ser considerados de alta calidad en cuanto a servicios hidrológicos de subsuelo.

 

BARRANCOS

Son unidades estrechas, de pendientes y paredes abruptas, limitados por unidades rocosas de gran compactación. Han sido incrustados en terrenos rocosos, por efectos de fracturamiento y callamiento.

No presentan cualidades de gran infiltración, sin embargo tienen gran valor escénico y de valoración geológica-paisajística, por lo cual deben ser protegidos de ocupación por elementos contaminantes.

CUESTAS SEDIMENTARIAS-VOLCANICAS

Son elementos geomorfológicos de mayor complejidad, a partir de el deposito de capas alternadas de sedimentos continentales y volcánicos prerecientes. Las cuestas presentan una inclinación preferencial de sus seudoestratos hacia una dirección, en este caso estan ligeramente inclinadas hacia el sureste.

Son también elementos del paisaje que mantienen una capa dura de roca o bien costras de caliche, tetra, entre otras. Por estas características, presentan perfiles de suelo poco desarrollados y por ende, con baja productividad agropecuaria.

DOMOS Y MESAS VOLCANICAS

El relieve que agrupa esta unidad se refiere a eventos volcánicos fisurales o de corto avance, esto por la emisión de lavas poco fluidas, formando paredes o escarpes muy inclinados, como es el caso de los domos, o de muy ligera pendiente, como sucede en las mesas, todo esto, producto de eventos locales de emisión de lava.

 

Se distribuyen hacia la parte noreste y sureste. No muestran gran desarrollo de suelos y más bien se consideran de limitadas posibilidades agropecuarias. Sobretodo por la alta pedregosidad de los terrenos, aun en zonas semiplanas.

LADERAS DE ALTA DISECCION
Las laderas que se ubican al extremo occidente del municipio muestran un alto desarrollo de la red de drenaje natural, producto del ataque de las escorrentías sobre un material, muy heterogéneo, intercalando tobas, sedimentos finos y medios y con baja a media compactación. Muestra pendientes muy variables que va desde cimas semiplanos, hasta escarpes o barrancos cortos.

Este tipo de relieve se considera poco propicio para la acumulación del agua, tanto en superficie como en subsuperficie. Predomina el escurrimiento y evaporación de los drenes de corta extensión.

LADERAS ALTAS VOLCÁNICAS

Este relieve es el que forma el cuerpo principal de los grandes aparatos volcánicos, con pendientes de medias a altas, con paredes rocosas y barrancas y cañadas que circundan casi radialmente a los conductos volcánicos.

Muestran escaso desarrollo de suelos, con permeabilidad muy localizada y mayor escurrimiento, que infiltración, escénicamente se consideran de alta calidad por haber sido poco intervenidas y con mayor conservación de comunidades vegetales.

LADERAS BAJAS VOLCANICAS

El relieve de pendientes y laderas de muy baja pendiente se observa principalmente al oriente y sureste del municipio. Son elementos del paisaje donde si se pueden apreciar zonas con mayor desarrollo de suelos. Con un

 

historial prolongado de descomposición del material de lava y ceniza, lo cual le confiere mayores posibilidades de infiltración

LADERAS MEDIAS VOLCANICAS

Esta unidad viene a ser el cuerpo mayor de los aparatos volcánicos, con mayor avance de las estructuras lávicas, y mayor alternancia de depósitos de cenizas y brechas. Estas forman escalones bien definidos, por la consistencia diferencial de los materiales.

Hay una mayor densidad de drenes por kilómetro, pero aun aquí se considera de mayor dominancia el escurrimiento que la infiltración. Hay formación de suelos y material intemperizado, lo cual también indica incremento de infiltración, con respecto a la unidad de laderas altas.

LADERAS SEDIMENTARIAS DENUDATORIAS

Son laderas de mayor complejidad en cuanto al desarrollo de sus redes de drenes naturales, mayor densidad de corrientes y cortas fases de pendientes medias y altas. Esta unidad se ubica sobre rocas sedimentarias y metamórficas, lo cual implica un historial muy prolongado de exposición y descubierta de las capas superficiales.

Aparentemente esta complejidad puede indicar mayores posibilidades en cuanto a la acumulación de mantos acuíferos en subsuelo.

LLANOS ALUVIALES

Son zonas amplias y alargadas de acumulación de depósitos fluviales, preferentemente entre materiales mas compactos, pero aprovechando zonas de

 

debilidad y fracturadas. Tiene un buen desarrollo de suelos, pero con restricciones en cuanto al tamaño y ancho de la unidad.

Se ubican principalmente en la parte norte y centro del municipio. Pueden estar sujetas a inundación eventual o de desborde de riberas. También es zona con posibilidades de ser afectada por evaporación de humedad y salinidad.

LOMERIOS MIXTOS

Esta unidad se muestra compleja en cuanto a su origen, ya que depende de acumulaciones sucesivas de material volcánico y sedimentario continental, en patrones de terrazas y lomas muy bajas, con procesos de acumulación de costras de caliche y otros. No muestra un patrón de drenaje bien claro, sino más bien muy divagante, indicando mayores posibilidades de infiltración.

PIEDEMONTE

Son pequeñas unidades de acumulación de material fino y medio, a partir de procesos de rodamiento y arrastre de suelos derivados de las laderas altas y media de las zonas volcánicas. Se observa pedregosidad media a alta, pero con una buena infiltración. Se localizan principalmente cerca de las laderas medias volcánicas y de mesas y domos.

PLANICIE ALUVIAL

Es una de las mayores unidades dentro del municipio, son grandes extensiones planas y con baja pendiente, lo cual permite un gran potencial de infiltración. Localmente esta sometida a inundaciones prolongadas, representando un peligro para los ocupantes de algunas zonas criticas de estas planicies.

 

RAMPAS SUPERIORES VOLCANICAS

Las rampas superiores volcánicas denotan un evento de emisión de material medio y fino hacia las cumbres de antiguas colinas, lomeríos y otros elementos del relieve. Se observan muy dispersas y por lo general ligeramente desintegradas de los otros elementos del paisaje.

VALLES ALUVIALES

Los valles aluviales se limitan a pequeñas zonas alargadas de algunas corrientes temporales y que solo ocasionalmente se llegan a saturar. Son materiales de finos a medios y ocasionalmente de materiales gravosos. Son muy escasos y de dimensiones del orden de decenas de metros.

3. ÁreasNaturalesProtegidasdecompetenciaInternacional,Federal,Estataly Municipal.

El Río Laja es un área natural protegida de carácter internacional como hábitat de refugio de la mariposa monarca. Lo anterior está establecido en el Plan de América del Norte para la conservación de la mariposa monarca.

El Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN) de 1994, por el que se crea la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), expresó de manera formal el compromiso de Canadá, Estados Unidos y México de aumentar la cooperación con miras a una mejor conservación, protección y renovación del medio ambiente, incluida la flora y fauna silvestres. El Plan Estratégico de Cooperación para la Conservación de la Biodiversidad de América del Norte (2003) de la CCA establece las bases y la perspectiva integral de conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos biológicos. El Plan de América del Norte para la Conservación de la Mariposa Monarca (PANCMM) forma parte de la labor para apoyar y complementar las iniciativas de los tres países signatarios del acuerdo

 

destinadas a mantener poblaciones y hábitats saludables de la mariposa monarca a lo largo de su ruta migratoria.

No se tiene conocimiento de alguna Área Natural Protegida pública de carácter estatal en el municipio. Al nivel municipal existe una zona de preservación ecológica denominada Charco del Ingenio. La declaratoria correspondiente entró en vigor el 4 de mayo de 2006, a partir de su publicación en el Periódico Oficial del Estado de Guanajuato, y ahora el área está regulada por un Programa de Manejo integral. Éste programa refuerza el mandato de la Declaratoria de restringir el desarrollo inmobiliario en la zona de amortiguamiento del área protegida, en términos de densidad, altura y colindancias de las construcciones que se edifiquen en el futuro, así como de mantenimiento de la vegetación nativa, con el propósito de mitigar el impacto ecológico y visual de la mancha urbana sobre la zona núcleo de conservación. El Charco del Ingenio es un modelo a seguir para otras iniciativas de conservación locales. Existen otras iniciativas de manejo privadas en curso de registro ante las autoridades públicas.

4. Erosión

Las áreas con potencial de erosión se discuten de manera amplia en la sección del diagnóstico ambiental. 

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